domingo, 27 de mayo de 2012

La Calle del Fantasma

Según el libro 'Fantasmas en la Candelaria' de Stella Monsalve Gaitán, quien se destacó por ser una de las guías turísticas más reconocidas de La Candelaria por su amplio conocimiento de la localidad así como por reconstruir varias historias de fantasmas y espectros que rondaban este histórico sector de la ciudad, existe una calle denominada la Calle del Fantasma debido a que varias leyendas y relatos fantásticos tuvieron lugar allí, o por lo menos eso afirman quienes han vivido cerca a ese lugar por varias décadas.


La Calle del Fantasma está ubicada en la Carrera 1ª entre Calles 9ª y 10ª. Este lugar es famoso por la historia del ingeniero Alex Mogollón, a quien un antiguo alcalde de la ciudad le encomendó la tarea de empedrar por completo el barrio La Candelaria y para eso le dio un plazo de 6 meses y 6 días. No obstante, el tiempo pasó y Alex estaba más preocupado por ir a tomar cada noche que por entregar el trabajo. La noche anterior al día de la entrega, el ingeniero, asustado porque sabía que no iba a acabar, invocó al diablo para que le ayudara y a cambio él le entregaría su alma, pero no debía faltar ni una piedra o de lo contrario no habría trato. El diablo y sus ayudantes debían hacer el trabajo de 6 meses y 6 días en 6 horas y así fue. Al día siguiente, todas las calles del barrio estaban empedradas, hasta que el diablo y Alex Mogollón llegaron al callejón de la Calle del Fantasma, y tal fue la sorpresa del diablo al darse cuenta de que debía irse sin el alma del ingeniero porque resultó que en esta calle precisamente faltaba una piedra y no había nada que pudiera hacer pues el trato era muy claro.

Stella Monsalve cuenta que en el callejón de esta calle coincidencialmente hay 665 piedras, solo hizo falta una para completar el trabajo. Por otra parte, cuenta la historia de una residente del lugar llamada Carmen Domínguez, quien relata que "en noches oscuras se ve a un parroquiano tratando de cuadrar algo en el piso; los que lo han visto no saben a ciencia cierta qué es, pero se atreven a decir que parece ser la piedra 666".

La determinación de bautizar esta calle así se debe a esa producción fantasmal que se da en la mente de los ciudadanos, a ese imaginario colectivo que se vive en este sector de Bogotá ya que no sólo con este nombre se está reconociendo que allí hubo o hay fantasmas, también la creación de este relato urbano que se ha mantenido hasta nuestros días permiten ver cómo se le da un sentido de recordar y evocar el pasado y de ese modo crear una memoria histórica de lo que alguna vez fue el Centro de Bogotá en el que personajes ilustres e infames pero reconocidos alguna vez habitaron el mismo lugar por el que hoy en día pasamos e incluso vivimos.

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