Además de sus habitantes, quienes más tienen que sufrir la presencia de los fantasmas de la candelaria en las noches son, sin duda alguna, aquellos que velan por la seguridad del sector. Los celadores de las universidades, de oficinas ubicadas allí y de algunos edificios e incluso los policías que cuidan la Plaza Bolivar a partir de las 7 de la noche cuentan sus historias, lo que han visto, lo que han sentido y lo que han escuchado.
Paul Beltran, celador, señala que una madrugada, "a eso de las 3 AM", estaba leyendo un libro para pasar el tiempo y escuchó pasos que hicieron sonar la madera y de repente le cayó arena a las páginas de su libro. Afirma, además, que a veces se abrían las llaves de los baños o los lavederos y se encendían las luces sin razón alguna.
Otros, como los celadores de la Universidad Externado de Colombia aseguran que donde más hay fantasmas es en el Chorro de Quevedo, que quienes toman en ese lugar hasta altas horas de la noche aseguran haber visto cosas y sienten la presencia angustiante de alguien que no está ahí fisicamente. Además afirman que se sienten pasos y se escuchan ruidos y es bien sabido que ahí sí hay fantasmas.
Referencia: http://www.ciudadviva.gov.co/enero06/periodico/9/
Referencia: http://www.ciudadviva.gov.co/enero06/periodico/9/
No hay comentarios:
Publicar un comentario